PARA EL RECTOR Y ALGUNOS DIRECTORES:
Uno de los más grandes entre los paganos, Marco Aurelio; uno de los más grandes entre los hombres, pues alcanzó tan alta moral en el ejercicio del poder absoluto, escribía para sí mismo este consejo: "CUIDA DE NO CESARIZARTE".
Cesarizarse era adquirir esa psicología originada por el mando sin trabas y que hasta a los mejores envenena; no es necesario que yo lo describa. El remedio contra ella, solo se obtiene merced a esfuerzos inmensos: oír todas las opiniones (aún las que parezcan más contrarias a las propias) y las objeciones de todo género; no sólo atender, sino tener la mayor consideración por los que nos las dirigen, teniendo en cuenta que les asiste una probabilidad mucho mayor de ser sinceros que a aquellos que en todo están de acuerdo con nosotros; puesto que, si dos cerebros no son geométricamente superponibles, debe ser un milagro el que dos inteligencias lo fueran; de manera que, en el caso en que todas las opiniones de un hombre coincidan absolutamente con las de otro hombre más poderoso, hay noventa probabilidades en cien de que se trate de un bajo adulador y no de un hombre sincero.
Carlos Vaz Ferreira (1873-1958), uruguayo, una de las inteligencias más originales y analíticas de América, escribió en 1938 su admirable FERMENTARIO, del que hemos tomado este fragmento que se nos antoja ideal para nuestra página.
Marco Aurelio Antonino Augusto, nació en el año 121 D.C. Fué emperador romano, uno de los últimos cinco buenos emperadores y nos dejó, entre otros muchos este gran pensamiento "cuida de no cesarizarte"; ahora ya sabemos, gracias a Vaz Ferreira, qué quería decir con esta frase y podemos entendernos mejor compañeros.
Desafortunadamente, estamos siendo dirigidos hasta el momento, por directivos cesarizados, quienes creen que todo lo que hacen es perfecto sin tomar en cuenta la opinión de los que directamente nos vemos afectados, para bien o para mal, con las decisiones que toman. Han finalizado la licenciatura, en 4 facultades, 2 generaciones ya con este método y el panorama se vislumbra desolador para los que estamos por terminar y para los que apenas comienzan (aunque quizás para ellos es todo color de rosa aún). Han estado haciendo una cantidad de cambios exageradamente grande, jugando, prácticamente, con nosotros. Han pasado de un método de evaluación a otro sin ton ni son, queriendo entrar al primer mundo evaluando en computadoras y calificando con sistemas informáticos mal hechos, de los que se obtienen resultados muchas veces equivocados, volviendose exasperantemente ineficaces.
Nos han colocado una cantidad de materias inútiles, desde cualquier punto de vista del que las veamos, las cuáles, fuera de fomentar nuestro crecimiento académico, nos hacen perder el tiempo por lo mal organizadas y enfocadas que están.
Hay suficiente material y dinero en nuestra Universidad. El teatro universitario y los edificios de las facultades, con sus estructuras modernas y bonitas fachadas, se ven muy bien, pero ¿No se vería mejor una generación contenta y agradecida con su facultad por la buena preparación y oportunidades que le brindó?. Invitamos a la reflexión sobre este asunto, del cuál les dejamos la primera parte. Pronto continuaremos, esperamos sus primeros comentarios.
